Recordemos que una parte sana e importante para estar en contacto con nosotros mismos y sentirnos bien, es conservar la comunicación con nuestro niño interior. Paulo Cohelo, escribió: "Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que todavía existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de momentos mágicos. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz. Ese niño que fuimos un día continúa presente. Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha. Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Ese niño sabe que un día es diferente a otro. Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás. Recuerden que la sabiduría de los hombres es locura