AMOR ES AMOR
Por: Roxana Guzmán Ponce
Por: Roxana Guzmán Ponce
Creo, creo en Dios, en un Dios que está a mi favor, y a favor de su Creación, en un Dios que es mi Padre y es mi Madre. Y ese Dios, me dio la gracia de convertirme en Madre, antes de biológica, putativa de los seres vivientes a mi alrededor, y después ejerciéndola desde su origen.
San Pablo, por medio del Espíritu Santo, sentó la regla. Pero Dios conoce el corazón de cada hombre, de cada mujer, de cada ser viviente y ama por eso, por el amor que hay en cada sustancia que Él creo, por el amor que su Creación pudo diseminar en este lugar antes de regresar a Él.
Si mis hijos llegaran y me dijeran que aman a un hombre o a una mujer, y que son felices, yo quiero su felicidad, yo nunca dejaré de amarlos. Sólo me basta que tengan un corazón puro, que hagan el bien en el mundo y que amen. No, yo nunca los dejaría de amar. Nunca pensaría que por esa razón deben ser maltratados o discriminados, o que valen menos. Lo que más necesitamos los seres humanos es amor y aceptación, y con eso, todo florece de maneras maravillosamente hermosas.
No sé la Ciencia de Dios y su criterio lo desconozco, pero puedo darme una idea cuando encuentro esto: “¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente?” (Mateo 7, 9) Creo que Dios está enfocado en nuestras acciones, en nuestras intenciones, porque ellas provienen de un corazón puro o impuro.
Amo a mis amigos que deciden amar a no sé quién, y que hacen el bien en todo lo que pueden en su entorno, como amo a cualquier otro ser humano que hace el bien y que ante todo AMA. Esforcémonos por ser buenos embajadores de Dios, y llevemos nuestras relaciones interpersonales siempre con dignidad y respeto.
Vive y deja vivir.
Ama y deja amar.
“AMA y haz lo que quieras.” –San Agustín
Comentarios
Publicar un comentario