Reclamo mi bien sabiendo que ya es mío. Myrtle Fillmore declaró: “Soy una hija de Dios y por lo tanto no heredo enfermedad”. Ella reclamó su salud a pesar del diagnóstico de tuberculosis. Gracias a la oración diaria, Myrtle mantuvo su atención centrada —afirmando palabras de alabanza y ánimo a su cuerpo. Ella declaró que la salud era la verdad de su ser, hasta que su cuerpo respondió, y el bien que ella deseaba se manifestó. Reclamo mi bien al proclamar la verdad de mi herencia divina: Soy amoroso y amado. Las ideas divinas me prosperan. Soy sano y pleno. Siento el poder de mis afirmaciones. Sin importar las apariencias, invoco mi bien por medio del poder de mis palabras. Oren para que lo proclame sin ningún temor, que es como debo hacerlo.—Efesios 6:20 ..."Reclamo mi bien al proclamar la verdad de mi herencia divina: Soy amoroso y amado. Las ideas divinas me prosperan. Soy sano y pleno." ¡Gracias! Amén. Fuente: Unity
Comentarios
Publicar un comentario